La glamurosa vida del escritor/traductor/chica para todo incluye comer sola casi a diario, así que para evitar mis tendencias neuróticas hace tiempo decidí que comería viendo Los Simpsons o cualquier otra serie de dibujos animados (algún día desarrollaré más este tema). Pues bien, hace unas semanas el viento huracanado me impidió cumplir con mi rutina Simpsoniana y al cambiar de canal me encontré con Speed. (Sí, lo confieso, llevo meses buscando una excusa para meter a Keanu Reeves en el blog). Por fortuna para mí el destino, y el canal de la tdt, me pusieron la película casi al final así que conseguí desengancharme del televisor y volver a trabajar. Pero entonces me senté en mi escritorio y mis ojos fueron a parar directamente a las estanterías donde guardo las novelas románticas de acción. Porque digan lo que digan Speed es una película romántica, pero si a mí me lanzan de un autobús a no sé cuantos kilómetros por hora, me atan una bomba, y me obligan a correr por la ciudad a punta de pistola, ni el mismísimo Keanu conseguiría arrancarme un beso… seguramente estaría retorciéndome de dolor o de agujetas en alguna parte.

Y por fin llego a mi pregunta, ¿en serio puedes enamorarte de alguien mientras te disparan balas de verdad?

Para encontrar la respuesta he recurrido a los clásicos; Lisa Marie Rice, Maya Banks, Sylvia Day, Shannon McKenna, Lora Leigh y la infatigable Cindy Gerard.

1. Sí, porque el hombre que te protege pertenece a un cuerpo de élite súper secreto y está súper atormentado. Y cuando te mira se te derriten las rodillas y te olvidas de que te están disparando.
2. Sí, porque tú eres la única física nuclear del mundo que puede desmantelar una bomba y salvar a la humanidad y alguien tendrá que besarte cuando termines, ¿no? Por eso estudiaste esa carrera horrible y te has pasado años llevando gafas de pasta en el trabajo.
3. Sí, porque tú no lo sabes pero tu padre era un científico chiflado y creó una raza de mutantes que han sido secuestrados por el gobierno y les están obligando a convertirse en asesinos. Y sólo tú puedes liberarlos, y el líder del grupo está tremendo y puedes leerle la mente.
4. Sí, porque a pesar de que hoy ibas a ir al trabajo has pasado por un callejón y has presenciado el asesinato de un miembro de la mafia y el agente del FBI que va a protegerte es tu antiguo novio del instituto al que creías muerto.
5. Sí, porque una herida de bala no es nada, lo que te dolerá de verdad será que te la desinfecten con un algodón en la ambulancia.
6. Sí, porque cuando te alistaste en el ejército fue para salvar al mundo y no para proteger a un informático cuatro ojos cargado de abdominales que puede descifrar el código del peor grupo de malvados del mundo mientras te besa.
7. Sí, porque sabes de sobra que justo antes de que os salven él se declarará y te dirá algo tan absurdamente romántico como “aunque muera ahora, mi vida habrá valido la pena”.
8. Sí, porque tú cada día te pones zapatillas de deporte para ir a hacer los recados pero hoy llevas zapatos de tacón y te han secuestrado por error porque al parecer eres idéntica a la hija del presidente. Y el agente infiltrado que te salva y te critica los zapatos termina besándote cuando los dos estáis escondidos debajo de una cama.
9. Sí, porque aunque a ti conducir nunca se te ha dado demasiado bien, ahora eres capaz de conducir un todo terreno mientras las balas silban a tu alrededor y llegará un momento en que él tendrá que colocarse encima de ti para poder seguir disparando
10. Sí, porque no hay nada más sexy y más romántico que terminar los dos en un río cubiertos de fango y tener que desnudarte para entrar en calor.

Probablemente me he dejado muchos motivos de peso, ¿tú cuál añadirías?

Y como decía mi abuela, como muestra un botón, Portada de Heart of Danger de Lisa Marie Rice.