Sexbook & Lovebook el increíble sexo de la literatura romántica


Hay quien dice que cuando un lector elige una novela romántica lo hace buscando escenas de sexo. Esta afirmación es tan absurda y tan errónea como decir que el lector de literatura negra quiere regodearse en un asesinato o un hecho escabroso. No negaré que puedan existir personas que efectivamente buscan dichas escenas (tanto las de sexo como las de violencia) pero la enorme mayoría de lectores, tanto de un género como los del otro, lo que buscan es la historia. Quieren leer la evolución de una historia de amor, en un caso, o la de un misterio en el otro. Dado que no soy lectora asidua de literatura negra o criminal, aunque he leído novelas impresionantes incluidas en este grupo, no voy a seguir con la comparativa sino que me centraré en la literatura romántica.

Sí, en la literatura romántica hay escenas de sexo. Sí, lo más habitual es que sean explícitas. No, no son lo mejor del libro ni la parte central (o no deberían).

Para mí una buena novela romántica es aquella cuyos personajes me arrastran y consiguen meterme en su historia. Una buena novela romántica (igual que la de cualquier otro género) te atrapa entre sus páginas con sus sentimientos y transmite emociones. La escena de sexo, si la hay, es una emoción más. Hay novelas con escenas de sexo de pocos párrafos que te ponen la piel de gallina, otras con escenas de capítulos enteros que te dejan indiferente o incluso te aburren. Y por supuesto hay escenas de sexo de varias páginas impresionantes.

Estas escenas de sexo han evolucionado a lo largo de los años, igual que me imagino que han evolucionado aspectos de otros géneros literarios -igual que (gracias a Dios) han evolucionado las cubiertas de estas mismas novelas-. Los cambios más notable son, a mí entender, el papel de la mujer en dichas escenas, el comportamiento del hombre hacia su compañera de cama y, por supuesto, la eliminación de cualquier conducta que pueda rozar el mal trato o el abuso. En el pasado podíamos encontrarnos con escenas que rozaban peligrosamente la violación con la excusa -completamente injustificable y lamentable- del «no que en realidad quiere decir sí» (si has leído ciertas obras de Virginia Henley o de Johanna Lindsey seguro que te vienen esas escenas a la cabeza)

Dicho esto, quiero confesar que cuando escena de sexo está en el momento justo de la novela, cuando el autor ha sabido llevarnos hasta ella con sensualidad, emoción y sentimientos puede ser increíble. Tan increíble que a menudo están repletas de mitos y de situaciones difíciles de reproducir en el mundo real. Pero cuando una persona no lectora del género ataca estas escenas, o a mí por leerlas, le ignoro y le digo que su comportamiento es tan absurdo como atacar a un lector de El Código Da Vinci y llamarlo iluso por creer que existe un profesor de iconología como Robert Langdon (y que tiene el aspecto de Tom Hanks).

El sexo en la literatura romántica es increíble y está lleno de hazañas casi imposibles. Estas son mis preferidas o lo eran pues muchas han dejado de existir (pero quiero recordarlas):

*Si pierdes la virginidad con el amor de tu vida es maravilloso. Si la pierdes con alguien por despecho te quedas igual y lo más probable es que te aburras del sexo durante unos años.

*Si pierdes la virginidad con el amor de tu vida pasas de virgen a ser una completa experta en la cama. Puedes hacer de todo y nada te sorprende. El primer día.

*Es posible tener el encuentro más sexual y erótico de tu vida montando una moto o a caballo. Por no mencionar que si practicas el sexo en un coche estos no tienen freno de mano y disponen de los asientos más reclinables del mundo mundial.

*Practicar el sexo en una novela romántica nunca mancha (lo siento).

*En las novelas románticas históricas (básicamente las de Regencia y Highlanders) no existe la masturbación femenina -excepto el brillante caso de Lady Sophia’s lover de Lisa Kleypas- pero sí la masculina.

*Siempre -SIEMPRE- tienen más de un orgasmo en el mismo encuentro.

*Ellos duran mucho, muchísimo. Mucho. Mucho. Mucho. Y se recuperan con milagrosa rapidez.

*Hacer el amor de pie o echar un polvo en la ducha, contra la puerta, apoyada en la pared de casa es lo más fácil del mundo. Te levantan del suelo y ya.

*La ropa nunca estorba. Nunca se caen al quitarse los vaqueros, ni se les enredan las medias. Ellas nunca llevan ropa interior fea y siempre están perfectas. Y ellos, si son Navy Seals o algo por el estilo, nunca llevan calzoncillos (algo que a mí siempre me ha parecido muy peligroso).

*Ellos, si tiene mucha experiencia, nunca han sentido un orgasmo «tan intenso» antes con nadie.

*Ellas tampoco. Aunque las protagonistas con mucha experiencia antes escaseaban.

*Pocas semanas después de dar a luz tienen muchísimas ganas de hacer el amor/seducir/arrancarle la ropa a su pareja y tienen un encuentro sexual increíble y maravilloso.

*Hay frases que en el mundo real suenan absurdas y que si las oyeras/dijeras te daría un ataque de risa, pero en medio de esa escena, en esa novela, son perfectas.

*En ciertos momentos, en la cúspide de ese momento, no solo mantienen la capacidad de hablar sino de decir frases maravillosas. Yo tengo suerte si consigo respirar.

Acabo de darme cuenta de que podría pasarme horas añadiendo puntos a esta lista, pero creo que dejaré que me digas tú alguno. La literatura romántica es un género maravilloso porque se basa en el amor, emoción sobre la que gira el mundo, y el sexo puede ser increíble pero no es, ni será nunca en mi caso, el motivo por el que la leo o quiero escribirla. Aunque sin duda es divertido leerlo (y tomar ideas prestadas).

Sexbook Lovebook...
Sexbook Lovebook…

 


9 respuestas a “Sexbook & Lovebook el increíble sexo de la literatura romántica”

  1. Totalmente de acuerdo. Con el boom este de la novela erótica parece que es obligatorio llenar los libros con escenas de sexo pero se olvidan que si empezamos a leer estos libros son por sus historias de amor, el sexo es parte de historia pero no puede dominarla. Me pasa muchas veces que los encuentros sexuales son tan seguidos y vienen tan porque sí que termino saltándolos para no saturarme.
    Muy fan de la lista de hazañas. Me quedo con esta:
    *La ropa nunca estorba. Nunca se caen al quitarse los vaqueros, ni se les enredan las medias. Ellas nunca llevan ropa interior fea y siempre están perfectas. Y ellos, si son Navy Seals o algo por el estilo, nunca llevan calzoncillos (algo que a mí siempre me ha parecido muy peligroso).

    Porque cuando leo esta situación pienso en lo que me cuesta a veces a mí sacarme los pantalones pitillos o las botas.

    En fin…

    Saludos 😉

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  2. Buen artículo Anna. Totalmente de acuerdo en que lo que me gusta, es la evolución de los sentimientos. La historia de amor en sí. No le hago un feo a las novelas con escenas de alto voltaje, pero también he leído novelas blancas preciosas y en las que se demuestra que no hace falta sexo explícito para que salten chispas entre los protagonistas. El sexo es muy fácil de escribir, lo difícil es transmitir pasión.
    Lo que me he reído con tus frases… este verano me puse un vestido de època y te juro que me resulta imposible pensar cómo lo hacían en los carruajes jajaja

    Un besote

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  3. Me ha encantado tu artículo. Es un tema que los que no leen romántica confunden bastante. Hay historias de amor maravillosas y clásicas (pensemos en Georgette Heyer, por ejemplo) que lo de catar varón no lo veían ni en pintura.
    Poco queda añadir a lo que ya has expresado tú tan bien. Pero como soy una pesada en cuanto le doy a la tecla, … Allá voy.
    Yo mencionaría un tema del que se ríen mucho en Smart Bitches. Lo que yo llamo la «dislocación del himen». Muchas autoras de romántica lo colocan más o menos en mitad de la vagina, cuando en realidad está al principio de manera que no hay penetración, ni mucho ni poco. Alguien lo contó mal una vez y el resto lo copiaron.
    Las escenas de sexo, en realidad «no van sobre el sexo», como leí a Jennifer Crusie. Sexo es lo que están haciendo los protagonistas en ese momento, pero la escena, como todas, tiene que decir algo de la historia, hacerla avanzar, como lo haría estar comiendo o jugando al tenis.
    Por eso algunas veces son maravillosas aunque no tengan más de dos párrafos. Y otras gimnasias horizontales que ocupan páginas aburren.
    Creo que también fue Crusie a quien le leí lo de que a veces las escenas de «mal sexo» tienen su punto.
    Me gusta muchísimo, por ejemplo Courtney Milan que sí ha metido escenas de masturbación femenina, o de mal sexo inicial (o anodino) en una pareja que empieza a conocerse…
    Hubo un tiempo en que las mujeres eran pasivas receptoras, que ellos «las tomaban» como si fueran un castillo. Luego han ganado en iniciativa, actitud, etc. De manera que en novelas románticas no pertenecientes al subgénero de la erótica puedes encontrar cosas como sexo oral o juegos de rol en parejas. La romántica actual ha ganado en realismo y da una imagen más positiva y poderosa de la mujer.
    Sigue siendo fantasioso en algunos de los aspectos que tú dices, pero no me parece peligroso porque hay acrobacias que funcionan bien sobre el papel, pero que en la práctica son difíciles salvo que seas un contorsionista, peses muy poquito o el caballero en cuestión tenga músculos de acero. Y eso es algo fácil de detectar.
    Más peligroso me parece el mito del orgasmo puramente vaginal, que puede hacer creer a la lectora que si ella no lo consigue de esa manera hay algo malo en ella cuando, en realidad, y en el estado actual de la ciencia, no está demostrado que exista un orgasmo femenino en el que el clítoris no esté implicado de alguna forma.
    O que cuando encuentras a tu pareja ya todo va sobre ruedas y si no le pillas el tranquillo al sexo a la primera, es que hay algo malo en tí. Creo que estos aspectos siguen siendo negativos.

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  4. Hola Anna bona nit!

    Cómo me ha gustado tu articulo. La verdad es que si, después de leer novel·les románticas con sus respectives escenes de sexo, la lista que has hecho es muy cierta. Maravillas de la ficción romántica jejejeje. Coincido contigo en que lo importante es la historia, la relación de los protagonistes y cómo evoluciona. Y dentro de esa evolución yo incluiría las escenas de sexo.

    Ahora que la literatura erótica está de moda creo que con más razón algunos «atacan» con lo de las escenas de sexo como motivo principal para leer una novela romántica. Yo sigo insistiendo en que lo importante es que la gente lea, Que descubra y valore las historias que lee, y vea un libro como un tesoro.

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  5. Hola!

    Me encanta el artículo Anna. Como lectora busco lo que tu dices, que la historia y los personajes te atrapen y ver la evolución de su relación.
    Me gusta mucho leer los libros de Agatha Christie y como comentas lo que me atrae no son los asesinatos sino la historia para averiguar como ha sucedido.

    La lista me ha parecido de lo mas divertida. Añadiría la facilidad y normalidad con la que rompen las prendas de ropa, tanto unas braguitas como una camisa jajaja.

    Un saludo!

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  6. ¿Sabes? Ya que mencionaste el tema del sexo en la ducha, siempre me he preguntado ¿cómo hacen para no resbalarse?… es decir, se enjabonan, se aplican shampoo y nunca se deslizan. O sea, que bien que no pase, pero es INCREÍBLE! yo mejor ni lo intento porque estoy segura que terminaré quebrada en la ducha.

    Otro asunto, en muchas de las novelas los hombres tienen cierta pasión por dejar a las mujeres humedas y sin bragas en pleno restaurante, evento, oficina, etc, pero nunca se habla de la incomodidad que eso puede provocar en una mujer, porque realmente es incómodo!… Claro, te lo presentan de forma sensual, erótica y lo que quieras pero… ¿en serio?

    A mi realmente me encanta la novela romántica, contemporánea, erótica, y tal como dices en el artículo, disfruto de las historias, de la forma en que se desenvuelven y su estructura. Disfruto al máximo las escenas de sexo y más si tienen los ingredientes esenciales, y sí, han habido un par que me han aburrido, tanto así que me salto las escenas eróticas porque no todos los escritores tienen la capacidad de escribir cosas así, pero a pesar que las amo, es obvio que me dijo en las cosas que son imposibles y divertidas.

    Excelente artículo Anna, me divertí mucho con él.
    ¡Un abrazo!

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  7. Jajaja….

    Cuanta razón tienes. Siempre lo he comentado con mis amigas, sobre todo lo de pasar de 0 a 100 en microsegundos en cuanto a experiencia.

    Sólo discrepo en una cosa, pero es una vivencia personal: Después de tener a mis hijas yo tenía unas ganas increibles de sexo, no a las pocas semanas, a los pocos dias…. Vamos, que no importaban ni los puntos. Debe ser que el descuadre hormonal postparto me dió por ahí…..

    Besos.

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