El sexo de los escritores… (no es lo que te imaginas)


Las mujeres leemos más que los hombres. Mucho más. Es un hecho (no sé cómo demostrártelo aunque seguro que hay miles de estudios al respecto) y estos días en los que he visitado distintas librerías he podido comprobarlo; todos los libreros con los que he hablado coinciden. Las mujeres leemos más que los hombres, en general, por supuesto. Ahora bien, cuando un hombre lee, lee muchísimo. Es obvio que hay muchos lectores masculinos pero basta con entrar en una librería, o con buscar la identidad de los propietarios de los blogs de literatura, sean del género que sean, para descubrir que los hombres pierden la partida y la ganan las mujeres por goleada.

Pero, ¿el sexo del lector importa?

La primera respuesta que me viene a la  cabeza es no, por supuesto. Un rotundo no, al fin y al cabo soy una chica preparada para la vida moderna y cualquier insinuación de desigualdad me enerva y saca mi lado más agresivo y feminista (lado que tengo siempre). Pero tras pensar en el tema con más calma (algo que hago a veces), y después de tomarme un té a las tantas y de haber visto demasiados dibujos animados por la tarde, me pregunto si en realidad no debería replantearme la pregunta.

El sexo del lector no importa, la enorme mayoría de escritores, periodistas, blogueros, poetas del mundo queremos que nos lean. Cuando sientes la necesidad de contar una historia, la cuentas y ya. Y si está bien contada emocionarás por igual a hombres, mujeres, ficus y tortugas.

Pero, ¿y el sexo del escritor? ¿Tiene algún impacto en las ventas o en las críticas de un libro, en su repercusión en general, el que esté escrito por un hombre o una mujer?

La respuesta es sí. Indiscutiblemente (y por desgracia) sí (en este artículo de Goodreads encontrarás pruebas).

El sexo del autor del libro importa a muchos lectores. Básicamente a los hombres. Las mujeres somos más abiertas, aunque seguro que esta afirmación no te sorprende. Una mujer lectora lee indistintamente autores masculinos o femeninos, mientras que un lector tiende a preferir autores masculinos. Una lectora puede tener sus autoras preferidas, o sus autores preferidos, pero no tendrá ningún inconveniente en dar una oportunidad a un autor desconocido, tanto si es un hombre como una mujer, si la novela capta su atención. Un hombre es más probable que solo se atreva a dar una oportunidad a una autora desconocida si esa obra en cuestión es un best-seller o viene recomendada por un premio literario de prestigio.

Es decir, si yo entro en una librería -dejando a un lado el peligro que correrá mi tarjeta de crédito- elegiré las novelas que me gusten tanto si han sido escritas por hombres como por mujeres. Si un chico entra conmigo, seguramente solo comprará novelas escritas por hombres. ¿Pero es solo culpa suya?

No, él tal vez tiene la mente demasiado estrecha y esté equivocado pero la verdad es que el sector editorial sabe guiarle y dirigirle hacia donde ellos quieren. Igual que de pequeños los envases de ciertos juguetes tenían las cajas rosas y otros azules. Sucede lo mismo con los libros. Para que veas que no estoy equivocada del todo (lo que tampoco implica que tenga razón), deja que te ponga unos cuantos ejemplos:

Nicholas Sparks: el señor Sparks escribe romántica o romántica sentimental. Nadie puede discutírmelo y lo más «lógico» sería que lo publicasen dentro de este género. Tiene un estilo propio muy marcado y varias de sus novelas han sido adaptadas con mucho éxito, tanto para él como para la productora como para la fábrica de Kleenex, al cine. Pero oh, es un hombre y alguien pensó en su momento que publicarlo junto a Danielle Steele o Nora Roberts le haría quedar mal. ¿Tenían razón? No. ¿Acertaron? Sí. ¿Por qué? Porque los hombres se atrevieron a comprar sus libros sin temor a que nadie los mirase mal (sé que existen hombres a los que eso les importa un rábano) y las mujeres se lo compraron igual.

-Marc Levy: el señor Levy, autor francés de best-sellers donde los haya, también escribe romántica. Romántica contemporánea con toques paranormales para ser más exactos. Su libro más famoso, Ojalá fuera cierto, lo adaptó al cine la productora del señor Spielberg y figuraba en la clasificación del periódico como «comedia romántica»; porque al parecer en el cine lo de hacer romántica no está mal visto como en la literatura. Los libros del señor Levy con más éxito son los románticos pero tanto en Francia como en España le publican fuera de este género y con portadas elegantes y con cierto toque «masculino». Y evidentemente en las librerías están colocados en la sección de narrativa, no en la de romántica.

J.K.Rowling y E.L.James: estas dos escritoras, indiscutibles líderes de ventas, son dos señoras muy listas o están muy bien asesoradas. Ambas eliminaron de su nombre cualquier pista que pudiese desvelar su género. De hecho, en la primera edición de sus libros en inglés, tanto de Harry Potter como de 50 sombras de Grey, era imposible deducir si el autor era un hombre o una mujer. ¿Por qué? Porque sabían que a las mujeres no les importaría y las leerían igual y en cambio las editoriales, los críticos, los libreros y ciertos hombres tardarían más en juzgarlas y en etiquetarlas. Y cuando se diesen cuenta de que habían promocionado, leído o recomendado un libro de género escrito por un mujer ya estarían de su parte. Una genialidad.

-Robert Galbraith: sí, la señora Rowling de nuevo. Cuando J.K. Rowling decidió cambiar de género y publicar bajo pseudónimo eligió un nombre masculino porque sabía que si escribía una novela con una modelo y un detective de protagonistas con un nombre de mujer corría el riesgo de perder algún lector masculino por el camino. O de que su novela acabase en la sección equivocada.

A esta lista de ejemplos podríamos sumar a Los puentes de Madison County de Robert James Walker, The fault in our stars de John Green, o incluso el hecho de elegir portadas oscuras y con aire fantástico para atraer al lector masculino, como fue el caso de Crepúsculo, donde además el nombre de su autora era casi ilegible.

En mi opinión estas tácticas comerciales, porque esto es lo que son, rozan el machismo. Es innegable que no es culpa de los autores que he mencionado (la gran mayoría de obras que aparecen aquí son brillantes), pero es muy triste que suceda. Vivimos en un mundo en el que la desigualdad sigue existiendo, por mucho que nos empeñemos en lo contrario, pero creo que si de algún lugar puede llegar a desaparecer -debería desaparecer- es de los libros y del entorno que los rodea. Los escritores no deberían ser clasificados de entrada por el mero hecho de ser un hombre o una mujer y nadie debería juzgar ni intentar engañar al lector basándose en su sexo. Los únicos que deberían ser juzgados son los libros y debería ser un juicio sin prejuicios. Basta de portadas absurdas que pretenden dirigir al lector, vi hace tiempo una foto de una librería, creo que en Canadá, que envolvía los libros en papel marrón para que nadie lo eligiese basándose solo en la portada o el autor. Lo único que figuraba escrito era el argumento.

Es cierto que cuando una historia es buena de verdad tiene la capacidad de llegar tanto a hombres como a mujeres y sí, el boca a boca, tanto si es real como si es a través de las redes sociales, funciona. Pero es muy difícil, por no decir imposible, que si una novela está medio escondida en una sección de la librería, no aparece en ningún medio, tiene una portada como mucho correcta y se han distribuido pocos ejemplares, suceda el milagro y se convierta en un éxito de ventas.

Y estadísticamente es más probable tener un éxito si te llamas Mike Johnson, o M.L. Johnson, que si te llamas Melinda Johnson.

Un imaginario Michael Johnson que seguro triunfaría (tiene barba)
Un imaginario Michael Johnson que seguro triunfaría (tiene barba)

Dudo que vaya a cambiarme el nombre, pero mientras me lo pienso te recuerdo que a partir del 26 de noviembre puedes leer «Un beso al alba», mi última novela. Espero que te guste.

Y no te olvides de dejarme tu opinión sobre el sexo de los autores, llévame la contraria o dime si crees que efectivamente el sexo de los autores tiene alguna importancia. O añade cualquier otra táctica de este tipo que hayas detectado, podría ser interesante.

 

 

 

 

 

 


13 respuestas a “El sexo de los escritores… (no es lo que te imaginas)”

  1. Muerta me has dejado!
    No te falta razón en lo que dices, claro que yo soy mujer y leo de todo, por eso no entiendo como a estas alturas de la vida aún pasan estas cosas, pero en fin
    Aprovecho para saludarte y decirte que me gusta mucho tu blog y tus libros! Sigue así!! Muacks!!
    Sandra

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  2. Una vez más, estoy completamente de acuerdo contigo. Cuando me interesa un libro, me interesa y punto, me da igual quién lo haya escrito y lo compro sin dudar (mi tarjeta también es de las que tiembla cuando nos acercamos a una librería). Pero creo que en muchas ocasiones la sociedad nos sigue condicionando demasiado y tendríamos que hacer verdaderos esfuerzos para que los niños de hoy en día no crezcan con la imposición de: Romántica para ella y de Romanos para Él; escritoras para ellas y escritores para ellos. Es absurdo.

    Otro tema a parte ya son los estereotipos que nos imponen de «este escritor es bueno y este es malo» hagan lo que hagan en su carrera y por tanto tengas que avergonzarte si te ha gustado uno de sus libros y casi leerlo a escondidas, cubriendo la portada o de noche debajo de la manta para que nadie sepa que «Tú, gran lector» te has rebajado a leer «ese» libro proscrito. ¿quién decide que debemos o no debemos leer y que es lo políticamente correcto o no que leamos? ¿Por qué nos tienen que llegar hasta este punto las imposiciones sociales? ¡Liberémonos de una vez y que cada uno disfrute de la lectura, cómo, dónde y cuando quiera sin vergüenza!

    Mañana ya tengo un sitio en mi agenda reservado para pasarme a por Un beso al alba, me muero de ganas.

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  3. La verdad es que a mi me interesa bastante poco el género del autor/a, incluso alguna vez me ha pasado pensar que era autor/a y resultar que era al revés. Pero ahora que lo pienso y repaso mis estanterías casi todo lo que leo son autores masculinos… Debe ser algo subconsciente, o algo «teledirigido» por las librerías que siguen esas «tretas» que comentas… O también puede que últimamente esté muy volcado con un género (el realismo sucio) más tratado por escritores que por escritoras… A saber.

    Pero me has dado mucho sobre lo que reflexionar.

    Saludos,
    A.

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  4. Cuánta razón y qué bien explicado, Anna. Me quedo con algo que yo creo que todas ya sospechabamos, envoltorio, presentación e imagen tienen un peso que, en ocasiones, influye mucho más que lo que realmente debería importar: el contenido.

    Y como el contenido de lo que se puede leer actualmente en Romántica ya es estupendo 😛 sería bueno pensar en seguir mejorando la imagen y ¿por qué no?, en conquistar a muchos lectores masculinos que no saben lo que se están perdiendo. ¡Un beso y gracias por escribir siempre tan bien!

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  5. Pues me has dado que pensar… No me había planteado si al seleccionar mis lecturas influye el sexo del escritor. Leo principalmente ciencia-fición y, pensándolo, leo muy pocas autoras comparándolas con autores, aunque a Ursula K. Le Guin la tengo en un pedestal. Puedo pensar que hay menos autoras en este género y por eso leo menos de ella pero ¿tan pocas?

    Puede ser que inconscientemente busque autores, que las editoriales quieran venderme escritores y «escondan» a las escritoras, ya sea cambiándoles el nombre, poniendo siglas, usando portadas concretas… Me ha sorprendido lo de las siglas. Quizás también las usan por que suene más comercial pero seguramente ha influido lo que comentas.

    En el caso de la romántica salieron varios post no hace mucho que insinuaban que muchos escritores se pasaban a la romántica para aprovechar el tirón del género y vendían más por ser hombres que por la calidad de los escritos. No se si será verdad pero es cosa de los lectores poner al escritor en su sitio, sea hombre o mujer, juzgando el libro y no al autor o autora.

    Por mi parte intentaré compensar buscando autoras y valorando el argumento y no permitiendo que se me influencie con la portada o el nombre del escritor.

    Mas info relacionada: http://www.observatoridelesdones.org/cat/M030503.html http://uvejota.com/articles/3760/sexo-y-lectura-quien-esta-leyendo-quien/

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  6. Tienes toda la razón. Yo leo todo . No me importa quien lo haya escrito si me llama la historia. Pero la mayoría de los hombres leen sólo escritores masculinos, yo misma he regalado a mi marido libros de autoras femeninas que he terminado leyendo yo,mejor para mi. Jjjjj

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  7. Me da igual si una novela está escrita por un hombre oo por una mujer si no es de romántica. Pero en este tema, no me animo a leer hombres… es algo que tengo desde hace tiempo pendiente, y será porque lo mío es la histórica y solo veo de contemporáneo.
    De todas formas, sí que noto la diferencia cuando una novela está traducida por un hombre… no me preguntes cómo, pero aunque no suelo ver de quien es la traducción (sí, algo terriblemente imperdonable) cuando no to algo que no me acaba de cuadrar o un vocabulario «diferente» suelo mirar y zasss… hombre. jajaja

    Buen artículo, vivimos en un mundo de hombres, mal que nos pese… y todavía queda mucho para igualar el tema, incluso en lo que se refiere a ventas de novelas.

    Un besote

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  8. Hola
    Al final lo que importan son las historias las cuente quien las cuente, no?, ¿qué pasa con las historias más románticas?, que en un porcentaje muy alto las escriben mujeres y como en prácticamente todo, creo que es una cuestión de educación…
    En buena medida creo que tiene que ver con las historias que leen niños y niñas, aventuras para unos e historias con final feliz para otras, y en lo que se traduce eso es que de mayores esos niños y niñas se convierten en escritores y escritoras de diferentes tipos de libros.
    No hagamos distinciones de pequeños y tendremos más igualdad en todo.

    Como comentas, el marketing hace mucho, y que pongan los libros de Nicholas Sparks en novela, pues bien, pero que son historias románticas y sentimientales pues también. Bien mirado puede ser un punto de engache y que sirva para conocer el mundo de la romántica…

    En todas las librerias tendría que haber un rinconcito con libros donde no vieras la portada (he visto algunas fotos de esa iniciativa), solo un poco del argumento; yo lo compraría, una sorpresa autoregalada!, jejeje

    Deseando salir del trabajo para ir a por tu libro, este fin de semana toca Bradshaw y Kate, bien!!!

    Un abrazo

    S

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  9. Como lectora, el sexo del autor me da lo mismo. Leo a unas y a otros más o menos por igual. ¿Hombres lectores? Conozco tan poquitos que mi experiencia personal es estadísticamente irrelevante. A mi media naranja, p.e., creo que le es indiferente, y de hecho, me ha ayudado a descubrir algunas escritoras.

    A Sparks/Levy (y muchos más, Moccia, o ejemplos como El proyecto esposa de Graeme Simsion), que escriben romántica,… no los colocan en la balda correcta y, ¡funciona! Patético pero cierto. Tener un Levy en la mano da más clase que un Nora Roberts. ¿Machismo? Sí, pero todavía hay quien ve distinto un libro si tiene nombre femenino que si tiene nombre masculino en la portada.

    No hará mucho, investigando para mi blog, encontré una cita de Jennifer Weiner (en la wikipedia inglesa) que me hizo comprender que el problema está muchas veces en el ojo del que mira:

    «Cuando un escritor masculino escribe de forma simplemente adecuada sobre la familia, su libro recibe críticas serias, porque: ‘Guau, un hombre realmente se ha interesado en la textura emocional de la vida cotidiana’, mientras que con una mujer lo más probable es que la etiqueten de chick-lit.»

    Cuando leo en algunas críticas que un autor masculino «sabe penetrar en la psicología de la mujer», o «ahonda en el alma femenina» ¡puaj! desconfío. Seguramente no vaya más allá de lo que cualquier escritora de romántica del harlequin más básico hace con la gorra.

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  10. Estoy de acuerdo contigo respecto a que hay un doble rasero dependiendo del sexo del autor. Pero me has dejado muerta cuando has dicho que algunos de esos libros de los autores mencionados son brillantes :), y antes de nada decirte que la Rowling me parece buena y no he leído nada de Marc Levy… pero mis ojos no han podido soportar que se pusiera el adjetico de «brillante» a la saga Crepúsculo o a la de 50 Sombras de Grey, son entretenidillas y nada más. Y respecto a Nicholas Sparks me parece romanticón hasta el empalague y en sus libros alguien siempre se muere de cáncer, lo utiliza como giro dramático y una vez vale, pero tantas deja tener efecto en sus lectores, más bien hace que pongas los ojos en blanco… y además, en la peli de El cuaderno de Noah la prota es Rachel MacAdams, que hace el mismo papel en todas las pelis en la que la he visto: el de niñata inmadura, egoísta y caprichosa de la que se enamora de forma fulminante, y a veces inverosímil, el incauto galán y la MacAdams le arruina la vida o, en su defecto, se las hace pasar canutas y, aún así, ella sigue siendo la buena de la peli (menos en Midnight in Paris, pero esa es de Woody y no cuenta)… madre mia, la inquina que le tengo yo a esta mujer 😉
    Bueno, despúes de esta parrafada e intuyendo que te referías a las otras obras cuando decías lo de «brillante», solo decirte que me encanta tu blog.

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