He cruzado océanos de tiempo para encontrarte


El viernes de la semana pasada fui al cine a ver Dracula con mis hermanas y mi madre, la versión del 92 de Francis Ford Coppola y en una sala que se ha reformado siguiendo la estética de los cines de antes, aunque la pantalla es moderna.

Ir al cine con mis hermanas y mi madre es toda una experiencia, un día os contaré lo bien que nos lo pasamos cuando fuimos a ver 50 sombras de Grey. Nos reímos muchísimo, salimos del cine llorando. En nuestra defensa diré que estábamos prácticamente solas en la sala, era viernes y que mi madre siempre nos ha llevado a ver películas interesantes, como por ejemplo Herida o Lunas de Hiel y eso, amigos míos, es otro cantar en cuanto a erotismo se refiere.

Volvamos a Dracula, montamos esta cita cinéfila porque esta película forma parte de nuestra historia: teníamos una copia en v.h.s (si no sabéis qué es, os odio un poco) que habíamos comprado junto con la revista Cinemanía, porque formaba parte de una colección, y durante unos meses la vimos constantemente. Después, a lo largo de los años, siempre ha habido alguna situación, algún domingo o sábado por la tarde, en que hemos decidido que tenemos que verla. Pero el viernes nos dimos cuenta de que verla en el cine es muy distinto. En casa nos habíamos convertido en unas expertas en «hacer pasar el vídeo hacia delante o hacía atrás», así que el viernes descubrimos un montón de escenas que se nos habían olvidado y, lo más interesante, nos dimos cuenta de que nuestra opinión sobre algunos personajes y sobre algunos giros del argumento ha cambiado muchísimo.

Antes de seguir, voy a confesar algo, uno de los motivos por los que la cinta de video que tienen mis padres acabó rayada es que en Dracula salen dos de los actores que más éxito tuvieron en casa. Keanu Reeves y Cary Elwes (el protagonista de La princesa prometida, otra película que iremos a ver el día que repongan). Mi hermana Marina y yo decidimos que Keanu era mío y Cary suyo y el viernes pasado coincidimos en que el paso del tiempo me ha dado la razón a mí, con matices, eso sí, pues el señor Reeves ha sabido guiar su carrera mucho mejor que el señor Elwes. Fin de la confesión.

He cruzado océanos de tiempo para encontrarte… cuando el señor Oldman le dice esa frase a la señora Ryder se te pone la piel de gallina. Es una frase preciosa, impactante, y curiosamente no aparece en la novela, se la debemos al genio de Francis Ford Coppola.

Fresco de la iglesia de Dracula (de la película de Francis Ford Coppola)

El tiempo, el paso del tiempo, los océanos de tiempo por los que ha navegado Dracula los hemos recorrido todos. A mí la frase el tiempo lo cura todo nunca me ha convencido, no me la creo. Cuando algo te duele de verdad nada lo cura, pero sí que creo que el tiempo lo cambia todo. Y el viernes, cuando después fuimos a cenar y estuvimos hablando, me di cuenta de que si bien obviamente la película sigue siendo la misma, nosotras hemos cambiado tanto que vimos otra. Ahora entendemos mucho mejor la historia de amor de Dracula y no nos convence lo más mínimo la relación entre Jonathan Harker y Mina ni cómo se enfoca el personaje de Lucy. Veamos, la chica, Lucy, que se deja seducir por Dracula y se acuesta con él a lo bestia (si habéis visto la película sabéis que lo de bestia es literal) acaba muerta y decapitada -en dos etapas, no es una redundancia-. En cambio el chico, Jonathan, que se deja seducir por las tres vampiras (una Monica Bellucci guapísima), le dicen que «pobrecito no ha podido evitarlo» y acaba vivito y coleando y ayudando a matar a Dracula. En fin.

El tema del que quería hablaros y por el que me he enrollado tanto es sin embargo otro: el tiempo y su efecto en el amor, en las historias de amor. En el caso de Dracula, por ejemplo, ¿qué creéis que habría pasado si Elisabeta, la esposa de Dracula, no hubiese muerto? ¿Le habría recibido con los brazos abiertos después de saber que él había empalado a cientos de miles de personas? Yo no estoy segura. Mi teoría es, con permiso del señor Bram Stoker, que no, que ella tenía que morir y que ellos dos tenían que reencontrarse siglos más tarde para poder estar juntos. Tanto Dracula como Elisabeta (Mina) necesitan evolucionar como personajes para poder vivir esa historia de amor que tanto nos emociona y convencernos de que es real, a pesar de que él es un vampiro.

En una época en la que los argumentos rápidos parecen llenar nuestras bibliotecas, y algunos son libros maravillosos, creo que en lo que se refiere a las historias que se basan en los sentimientos el paso del tiempo es un factor muy importante. Poniendo de nuevo a Dracula como ejemplo, cuando digo que no me creo la historia de amor entre Jonathan y Mina no es solo porque él se haya pasado meses retozando con tres vampiras, es porque no ha pasado tiempo con Mina, no la conoce, a penas se intercambian cartas y no hablan. Si esas cartas hubiesen sido más íntimas, la cosa cambiaría, pero ni eso.

No es estrictamente necesario que los personajes estén físicamente juntos para conocerse, pero tienen que conocerse. La atracción, el amor a primera vista, solo sirve para empezar una historia, no para sustentarla. En Dracula la frase «he cruzado océanos de tiempo para encontrarte» emociona porque nos la creemos, porque hemos visto los esfuerzos que hacen Dracula y Mina para conocerse, la lucha que libran incluso contra sí mismos para estar juntos.

El paso del tiempo y el amor no nos lleva solo a novelas de “segundas oportunidades”, también puede llevarnos a novelas en las que el tiempo es casi un personaje más de la historia pues sin él esta no tendría sentido. Esta es mi pequeña lista de recomendaciones (la última es un poco de spam):

Persuasión de Jane Austen: En esta novela, la última de Jane Austen, se publicó después de su muerte, y mi preferida, los protagonistas se reencuentran ocho años después de que ella, Anne, rompiese su noviazgo con él, el capitán Wentworth, y sus circunstancias han cambiado tanto, su vida ha cambiado tanto que son personas distintas, pero su amor no. Es impresionante. No es una novela sobre segundas oportunidades, es una novela sobre el amor, el arrepentimiento y sobre la vida.

•Outlander de Diana Gabaldon: en esta saga es innegable que el tiempo condiciona la historia entre Claire y Jamie y el resto de la narración. Siempre me he preguntado qué habría pasado si Claire y Jamie se hubiesen conocido en la misma época, si hubiesen nacido en el mismo periodo histórico, y la conclusión a la que llego es que su amor no sería igual que el que nos ha conquistado. Creo que en esta historia tan romántica es completamente necesario que exista este conflicto entre ellos, es lo que les hace fuertes. Si no conocéis los libros ni la serie de televisión, os los recomiendo.

•La Gárgola de Andrew Davidson: esta novela apenas la vi cuando se publicó en España, la descubrí por casualidad y me sorprendió y gustó muchísimo. Me temo que ahora en castellano es difícil de encontrar. El protagonista sufre un accidente que le deja con el cuerpo quemado y mientras está en el hospital recibe la visita de una chica que dice que le conoció en el siglo XIV y que fueron amantes. Él cree que está loca, pero ella empieza a contarle su historia, la de los dos, y es fascinante. Es una novela difícil de explicar sin correr el riesgo de contar demasiado. Dadle una oportunidad.

•El relojero de Filigree street de Natasha Pulley: en este caso, uno de los protagonistas puede manipular en cierto modo el tiempo, no viaja en él, sino que lo ve con cierto desorden. La novela recuerda en estilo al realismo mágico y transcurre en Londres a finales del siglo XIX. Es un libro peculiar, parece un laberinto en algunos momentos, pero uno de sus protagonistas, el relojero, entiende que el tiempo es necesario para llegar a encontrar el amor y por eso lo incluyo en esta lista. Narra la historia de un empleado de telégrafos que lleva una vida muy ordenada hasta que un día recibe un regalo, un reloj, que parece avisarle antes de tiempo cuando va a sucederle algo importante. Intrigado y asustado va en busca del relojero y su vida se desbarata.

•Herbarium de Anna Casanovas: si queréis saber más sobre esta novela, podéis leer el post que hice el día que se publicó. La he incluido aquí porque mientras la escribía la idea del tiempo, de cómo afectaba a Gideon, Sylvia, Sarah y Liam me obsesionaba. En el caso de Gideon y Sylvia, sé que ellos dos habrían estado juntos siempre, aunque los años que pasan separados les llevan a cambiar y a tomar decisiones que les afectan más de lo que creen. En cambio, Liam y Sarah necesitan ese tiempo para convertirse en los personajes que son cuando empieza la novela. Me gusta creer que cuando un lector llega al final de la novela no le queda ninguna duda de que los sentimientos de esos cuatro personajes, el amor que sienten, es mucho más fuerte que cualquier océano o desierto de tiempo que hayan tenido que cruzar para conseguirlo.

Si habéis llegado hasta el final del post, gracias. ¿Qué os sugiere a vosotros la idea del tiempo en las historias de amor o en cualquier otra clase de historias? ¿Podéis recomendarme alguna?

Besos ♥

 

 

 


17 respuestas a “He cruzado océanos de tiempo para encontrarte”

  1. Magníficas palabras. Siempre es un placer leerte. El amor que permanece inalterable en el tiempo aunque no encuentra la manera de continuar es el que se describe en «Palmeras en la nieve » de Luz Gabás.

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  2. Me ha gustado la reflexión sobre el tiempo y el amor, la película de «Drácula» también ha sido una constante a lo largo de los años. «Persuasión» me encanta y «Herbarium» una novela que me sorprendió y la tenga en la lista de imprescindibles.

    Muchas gracias, por estas interesantes reflexiones

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  3. Que bien escribes Anna, mira que tus posts son siempre largos y a pesar de la incomodidad de leer desde el móvil, de tener un ojo en la serie que estoy viendo y dejar que Adrián me haga un amago de trenza, no puedo dejar de leerte. Pero es que claro, entro y veo que hablas de Draula y me lías… es una de mis películas favoritas de amor, junto a la novela de Bram Stoker. A mí tampoco me gusta el desenlace de Lucy, y nunca me resultó creíble la relación entre Mina y Jonathan… Me ha gustado mucho ver la recomendación de Gárgola, la leí hace mil años y aún tengo la edición en tapa dura con sobrecubierta!
    Besos Anna

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  4. Muy buenas noches.

    Con tu permiso (o más bien sin él, jajaja) me he invitado a tu blog y, al ver el título de esta entrada, no he podido evitar resistirme al interés que has despertado con esa cita, que yo también recordaba de la gran película de Coppola. La vi en el cine cuando la estrenaron (en un año magnífico en lo que al cine se refiere, el mismo de Sin perdón) y quedé verdaderamente encantado tanto por el ritmo de la película como por su estética, en la que lo visual cobraba una importancia capital, y por supuesto, por su texto. Y por sus actores, por supuesto. (me enamoré perdidísimamente de Wynona, lo confieso).
    Pero mi intención no es hablar (escribir) de esta película, o de cine (me encantaría tener ocasión de hacerlo), sino responder a tu invitación, a tu propuesta, aunque desviándome un poco. Me gustaría recomendar la novela del reciente premio Nobel de literatura Kazuo Ishiguro Los restos del día (mås conocida por el título de su adaptación cinematográfica Lo que queda del día). Es una novela en la que el tiempo se constituye en protagonista secundario para dejar un papel estelar a una de sus vertientes, quizá uno de sus efectos: su desaprovechamiento, el dejar que transcurra, que se escape, que se vaya, sin ser utilizado. Porque es una novela que trata de las oportunidades perdidas. «¿Por qué no hablé cuando pude hacerlo?», «¿por qué no decidí expresar mi sentimiento?» son preguntas que, aunque el protagonista no se las hace directamente, pueden ser intuidas fácilmente por el lector.
    En fin, he soltado un buen rollo. Te pido perdón. Y te doy las gracias por la oportunidad que das de leerte y de comentar tus textos. Y te felicito por este lugar.

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  5. Hola, Anna!
    Qué recuerdos me traes con este post!!
    Lo admito, de mí justo por esa frase nos reímos mucho en un foro. Hacía siglos que había leído Drácula y me quedaba esa idea romántica que ninguna más recordaba. Será que es defecto de fábrica. La película es una gozada visual, las escenas que comentas son «bestiales» y la idea que prevalece, muy bonita… incluso al final!!!
    Después de releer la novela, quizás admita que la versión de Coppola, que me encanta suaviza demasiado muchas cosas y sí apuesta por un romance que en el libro se plasma menos. Pero se lo persono porque es una película que me encanta.
    Sobre lo que comentas del paso del tiempo sabes lo que pienso. Estoy muy cansada de los instalove, que tanto se leen últimamente, echo de menos esas novelas en las que realmente se relata el enamoramiento entre dos personas sin que sea un flechazo y te lo tengas que creer porque la autora tenga a bien decirlo, como si fuera un salto de fe.
    Persuasión es una novela genial, de mis favoritas de Austen… Herbarium sabes que me encantó, así que anoto las otras recomendaciones…. a esa lista interminable
    Eso sí, admito que con Outlander me planté con el primero. cosas mías!
    Un besote

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  6. Me ha encantado tu artículo, Anna. Estoy plenamente de acuerdo, un amor a primera vista es pasional y platónico pero el que llena, el que convierte a los protas en una historia de amor necesita de un tiempo para crearse, para cultivarse, para llenarse de conocimientos acerca del uno y del otro…Hay muchas historias que lo contemplan así y las que tú has elegido están muy bien. Qué decirte de Herbarium, se cuenta entre mis preferidas. Un abrazo.

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  7. Muchas gracias por tu post, siempre me alegras el día. Hace siglos que vi «Drácula». Quizás vuelva a verla. 😉
    Me apunto las recomendaciones muchas gracias.

    Un petó Anna! Un abrazo muy fuerte.

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  8. Hola Anna

    Muchas gracias por tu post. Siempre me alegras el día. La verdad es que hace tiempo que vi «Drácula», quizás la vuelva a ver… 😉 Ver «Persuasión» entre las recomendaciones «Persuasión» me ha hecho recordar lo que te gusta este libro y tu vínculo especial con Jane Austen. Y «Herbarium» no es spam, es una muy buena recomendación. El resto me las apunto.

    Un abrazo. Un petó!

    (P.D.: No sé si mi comentario saldrá publicado dos veces, lo siento)

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  9. Algunas propuestas cinéfilas

    Cuando Harry encontró a Sally. Conocidos, amigos, amantes, pareja. Un montón de años y de complicidad (bueno, y la hamburguesa también) les llevan donde jamás pensaron estar al principio de su historia.

    Una cuestión de tiempo. No es que el tiempo influya demasiado en el enamoramiento de los dos protagonistas, aunque él se aproveche un poco de su capacidad par viajar en el tiempo, pero es que me gusta una película que no va de chico encuentra chica, chico pierde chica, chico reencuentra chica. No, en esta, el chico y la chica se encuentran, se enamoran y, a partir del primer cuarto de hora no paran de ser felices y de comer perdices. Y encima, la película no sólo es buena, es que es divertidísima.

    El diario de Noah. O como explicar las tres formas de amor que el tiempo tamiza: el flechazo juvenil, la pasión adulta y el AMOR con mayúsculas, al final. A quién diablos no le gusta esta película?.

    Sueño de amor eterno. Te has ganado una gaseosa si la conoces. Es de mil novecientos treinta y pico, pero ninguna otra explica mejor el tránsito del amor por la vida y la muerte.

    Seguiremos informando

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  10. Puede que Coppola séa un genio pero esa frase no es suya. «He cruzado océanos de tiempo para encontrarte». Coppola la fusiló de otra maravilla del cine, «El ladrón de Bagdad», de Korda. Son las palabras que le susurra el príncipe a la princesa en los jardines de palacio. Es un plagio querida.

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  11. Anna Casanovas, que bueno saber que existen personas que valoran el bello y trascendental transfondo de esta obra maestra de Coppola.
    Te sugiero también una película clásica llamada «pide al tiempo que vuelva» con ‎Christopher Reeve. Recomendadísima

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