Las palabras importan. Literatura feminista y romántica


Llevo demasiado tiempo sin pasarme por aquí y aunque he intentado escribir varios posts desde el pasado octubre lo cierto es que empezaba y no me salía nada o, mejor dicho, nada que me gustase y que creyera que pudiera interesaros. Esto de escribir, dejad que os lo diga, es muy solitario y cuánto más tiempo pasaba alejada del blog, más respeto me daba volver. Hay escritores, periodistas y comunicadores, gente en el sentido más amplio de la palabra que puede llenar páginas o silencios en blanco sin pestañear y es capaz de compartir cualquier detalle de su vida o de su proceso de trabajo con absoluta naturalidad y sinceridad. Les admiro por ello, a pesar de que confieso que a menudo, cuando me encuentro con una de estas publicaciones, no las entiendo. Pero no voy a esconderme tras mi timidez para justificar los meses de abandono del blog, además he creado un sistema para que no vuelva a suceder (esto os lo cuento después). Y tampoco es culpa del trabajo porque aunque la novela que estoy escribiendo tiene acaparada toda mi atención y mis esfuerzos podría haber robado un minuto aquí y otro allí para un post. La cuestión es que una idea se plantó en mi cabeza hace semanas, algo sobre lo que de verdad quiero hablaros porque creo que debemos hacerlo, pero he tardado más de lo que creía en darle forma y es el feminismo y la literatura romántica. Sé que encontraré errores a este post, que los encontraréis vosotros, y que me olvido de muchas cosas, así que de entrada os agradezco que lo leáis y que me dejéis en los comentarios cualquier dato u opinión que os apetezca.

En octubre del año pasado en EEUU empezó el movimiento #MeToo que consiste en dar voz a las mujeres que han sufrido cualquier clase de abuso sexual y en proporcionarles una plataforma desde la que ser escuchadas y también recursos para hacer frente a dicho abuso o acoso, desde cuestiones legales a servicios médicos (el movimiento es mucho más complejo y os animo a que sigáis el enlace y averigüéis más sobre él). Unas semanas más tarde, en noviembre, y dentro de este contexto, Hillary Clinton concedió una entrevista a Jonathan Capehart del Washington Post y dijo: “The whole romance novel industry is about women being grabbed and thrown on a horse and ridden off into the distance.” que traducido vendría a ser: «La industria de la literatura romántica se basa en coger a una mujer de los pelos, subirla a un caballo y cabalgar hacia el horizonte».  Podéis leer la entrevista entera aquí: Hillary Clinton

Tras estas palabras de la señora Clinton reaccionaron autoras como Lisa Kleypass o Maya Rodale, pero no escribieron un posts en sus blogs, no, escribieron artículos que salieron publicados en el Washington Post -el de Lisa Kleypas-y en el Huffington Post -el de Maya Rodale-. Ambos artículos son brillantes y los dos recriminan a la señora Clinton algo que seguro os suena: criticar un género que no conoce basándose únicamente en una imagen del pasado.

Tanto la respuesta de la señora Kleypass como la de la señora Rodale, quien además ha escrito mucho sobre el feminismo, son muy interesantes, pero como no quiero reteneros aquí durante horas me limito a destacar un párrafo de cada una:

Maya Rodale:Romance novels are the space where women always triumph. Each and every Happy Ever After where the heroine gets the guy (or girl!) and succeeds at whatever challenges the plot has thrown at her gives hope and inspiration to readers that it is worth fighting for love and the kind of world we want to live in. 

Traducción (con permiso de las autoras y con mis disculpas por cualquier error): Las novelas románticas son el lugar donde las mujeres siempre triunfan. El final feliz se alcanza cuando la protagonista resuelve el conflicto que ha dado origen a la trama y se queda con el chico (¡o la chica!) que ha elegido. La literatura romántica da esperanza y recuerda a los lectores que vale la pena luchar por amor y por conseguir el mundo que queremos.

Lisa Kleypass: As a romance author who has always loved the genre (and as a Wellesley graduate who has always loved and admired you), I’m glad that attitudes about women are being discussed during this incredible moment in American history. But your comment, especially pulled out of context, doesn’t represent all romance novels. It’s a misleading cliche about the genre — like so many misleading cliches about your fabulous trailblazing life.

Traducción: Como autora de novela romántica que siempre ha amado el género (y como graduada de Wellesley que siempre la ha admirado), me alegra que en este momento tan increíble para la historia de América se esté hablando de cómo se trata a las mujeres. Pero ese comentario, señora Clinton, en especial fuera de contexto, no define a la literatura romántica, no en su totalidad, y se basa en un cliché erróneo y obsoleto sobre este género…igual que le sucede a usted con los falsos clichés que circulan sobre su vida y la frivolizan.

Pero no acabó aquí, aunque os confieso que en este punto yo ya estaba asombrada de que un debate de esta magnitud estuviese tomando forma. ¿Os imagináis algo así aquí, una conversación así de seria -sin que nadie se sienta ofendido y te ataque- sobre este tema? Yo, por desgracia, no, supongo que por eso me ha costado tanto escribir este post.

Después de los geniales artículos de estas dos escritoras, aparecieron varios artículos en distintos periódicos, el del New York Times es impresionante y tiene una frase para enmarcar: «Romance novels, despite their reputation as fare for featherweights, are chock-full of battles of the sexes as dark and complicated as those in real life. The difference is that romances have a happy ever after.» 

Traducción: Las novelas románticas, a pesar de su reputación de ser pesos ligeros de la literatura, están repletas de tramas sobre la guerra de sexos y son tan dramáticas y complejas como la vida real. La diferencia es que las novelas románticas acaban bien y sus protagonistas son felices para siempre.

El de Jaime Green para BuzzFeed es brutal y hace una brillante descripción de la evolución de la personalidad de los hombres en la literatura romántica para además defender el poder revolucionario y político del género: «Romance is political because all art is political, but also specifically because of what it is and who makes it. As the genre grapples with its place in the resistance, it confronts the structures of privilege and exclusion that have shaped the genre for decades.»

Traducción: La literatura romántica es política porque el arte es político, pero además lo es porque forma parte de su naturaleza, de su propia definición. Es un género que parte de la resistencia, que desafía las estructuras establecidas y que lleva décadas luchando contra las diferencias sociales y de género.

Otro artículo imprescindible en lo que se refiere a la evolución de los personajes masculinos es este de Sarah MacLean para el Washington Post donde analiza y destroza para mejor el mito del vampiro/multimillonario/duque estirado pues en las buenas novelas Mr.Darcy no es solo taciturno y silencioso, sino que es respetuoso, reconoce sus errores y evoluciona gracias a la protagonista -que es el verdadero motor de la historia-: «And suddenly, he’s not just an alpha male. He’s an alpha feminist. Committed to her satisfaction in all forms — socially, intellectually, economically, sexually»

Traducción: Y de repente el protagonista ya no es un «macho alfa». Ahora es un «feminista alfa». Es un hombre que se compromete a satisfacer a la protagonista en todos los ámbitos de su vida: social, intelectual, económica y sexual.

Por último, el artículo que también quiero mencionar es el de S.E. Smith para Bitchmedia donde subraya el gran papel que ha jugado y seguirá jugando la literatura romántica en la educación sexual de los hombres y de las mujeres porque visto está que si el #MeToo es necesario nos hace falta hablar de ello en voz muy alta y clara: «Romance novels “taught readers that sexual pleasure was something women could not just hope for but insist upon.” Feminist romance offers models of consent and conversations about sex and sexuality rarely seen elsewhere, alongside critical analysis of sexual power structures.»

Traducción: las novelas románticas han enseñado a los lectores que el placer femenino no es algo que las mujeres «esperan poder alcanzar», sino que tienen derecho a exigirlo. La literatura romántica feminista nos ofrece muestras del consentimiento en el sexo y pone de manifiesto lo vital que es hablar sobre sexo y sexualidad -algo que cuesta mucho de encontrar en otros ámbitos- y además realiza un análisis crítico de las estructuras del poder sexual.

Todos estos artículos, y seguro que hay más, coinciden en algo: la nueva y buena literatura romántica es importante y feminista, no solo por su importancia económica, sino porque es el único sector dominado por mujeres y dirigido principalmente a mujeres sin ser nunca excluyente hacia los hombres. El primer sector donde se reclamó y reclama el poder de decidir de la mujer y, por tanto, merece el respeto de todos.

¿Y qué ha sucedido aquí? ¿Habéis visto alguna reacción similar? Yo no, y me encantaría estar equivocada. Aquí cuando una novela tiene como eje principal una historia de amor es juzgada, de entrada, con escepticismo y condescendencia. Actualmente hay novelas románticas increíbles, actuales -aunque la acción transcurra en el pasado- y muy feministas que se publican en sellos literarios «no-románticos» para esquivar esta clase de prejuicios y quizá llegar a más lectores (ofendiendo así a los lectores del género que nunca han sido idiotas y se dan cuenta de esta treta). Otra opción, y os juro que no me la invento, es sugerirle a la autora que se ponga un pseudónimo inglés o uno con siglas para que no se sepa si es hombre o mujer y después, tal vez publicarla en un sello editorial u otro. También hay novelas románticas que son súper ventas, por supuesto, pero incluso estas muy pocas veces aparecen en la prensa con el mismo respeto que lo hacen historias de otros géneros, como por ejemplo la novela negra o la poesía. En este post no juzgo ninguna de estas decisiones, lo que me preocupa es que las tengamos asumidas, que nos planteemos que son las acertadas y que realmente la reputación de este género literario aquí sea insalvable.

Seamos honestos, dejemos de justificar ciertos comportamientos tanto dentro como fuera de las novelas. Las palabras importan, elijámoslas con esmero y con respeto hacia las demás mujeres (estoy preparando un post sobre el papel de la mujer, sobre lo cansada que estoy de que en una novela los personajes femeninos se ataquen entre sí. Sororidad, queridas). Creemos personajes e historias que dejen todas estas críticas sin argumentos y que atraigan y convenzan a lectores de cualquier género. Lectores como nosotras.

Imagen de Vogue encontrada en Pinterest

Yo me he guardado este vídeo de Bon Jovi y la colgaré cada vez que me encuentre con una de estas novelas donde el protagonista tiene un comportamiento machista y acaba convertido en el «héroe»(y no en el malo de la historia) o cuando la protagonista no tiene cerebro o parte de una situación de poder muy inferior a la del hombre y es aceptada por todos, o la historia no tiene trama ni pies ni cabeza o fomenta la enemistad entre las mujeres o defiende el patriarcado:


12 respuestas a “Las palabras importan. Literatura feminista y romántica”

  1. Impresionante post, y muy necesario. Hay novelas románticas que deberían ser de obligada lectura en los colegios.
    Y por no hablar de como se nos clasifica a las lectoras de novela romántica; mujeres que no son felices en su vida amorosa y leen novela rosa para fantasear con su vida ideal. Bajo este criterio quien lee novela negra sueña con ser un asesino en serie.

    Le gusta a 2 personas

  2. Impresionada como siempre, por el buen uso que haces de la palabra escrita, tienes toda la razón, yo soy lectora de romántica desde hace más de 30 años, esta infravalorada y eso es una realidad, decir que te gusta este tipo de literatura y te miran como si fueras corta de entendederas, cuando la realidad es q se aprende mucho, tanto de historia, geografía, política, pero q te voy a decir q tú no sepas, encantada de leerte siempre.

    Le gusta a 2 personas

  3. Hola!!
    Ojalá, que no tarde este movimiento en llagar también. Ya que hemos importado esas malas ideas que tan bien resumes, espero que no tarde en llegar de nuevo la romántica que defiende los buenos valores, sin que para eso la mujer deba ser reflejada como hace 100 años!!.
    Un artículo genial, como siempre, que con tu permiso comparto!!!
    Un besote

    Le gusta a 1 persona

  4. Magnífica reflexión y muy completo el artículo. Apoyo tu opinión al completo. Como escritora de romántica estoy cansada de que mis amigos «intelectuales» me digan que si escribo cosas tan buenas en el blog, por qué tengo que dedicarme a ese género. Suscribo que nuestras protagonistas no tienen nada que ver con las mujeres ñoñas del pasado y a nuestros chicos tampoco les permitimos ser machistas ( yo, al menos , no) Me repatean los estereotipos. Y que critique la novela romántica gente que no la lee. Por desgracia, hice un intento con el programa de Pepa Fernández de RNE , para que tuvieran una tertulia sobre este género y nadie me respondió. Quizá debería insistir y darle visibilidad, aunque puede que tú, que eres más famosa que yo, tuvieras mejor acogida. Te cedo la oportunidad si quieres. Un abrazo, Anna. Como siempre, un placer leerte.

    Le gusta a 2 personas

  5. Toda la razón, Anna. Peeero luego llegan cutradas de anuncios de novelas del género como este, hecho por una editorial romántica, que alimenta la idea de que las lectoras somos desdichadas en el amor y leemos para fantasear con lo que no podemos tener en la vida real:

    Además de la publicación de decenas de novelas, tanto históricas como contemporáneas, en las que hay machismo a montones, y se permite. Si fuéramos más responsables con esto, puede que después no tuviéramos que defendernos de los ataques de fuera. Pero ya sabemos, cuando el río suena… agua lleva.

    Le gusta a 1 persona

  6. Estupendo artículo, Anna. Primero, gracias por traducir esos fragmentos de declaraciones por los que yo, por mi precario inglés, siempre paso de largo.
    Hay muchas verdades en lo que dices, y las apoyo todas. Incluso la de que la reputación del género aquí es insalvable. Aunque me pese reconocerlo, es así, y creo que lo será hasta que hay muchas más voces como la tuya que se atrevan a defender la novela romántica como hacen estas autoras norteamericanas que citas en el post: con argumentos serios, con educación y con sus propias novelas. Pero tendrían que ser muchas, muchísimas, para que esas tretas editoriales que mencionas y que engañan a lectores y lectoras (a todos, no solo a las de romántica) y les empujan a comprar y a leer lo que las propias editoriales quieren, no les dieran resultado. Por desgracia, últimamente abundan esas tretas y esas historias para las que tú colgarías el video de Bon Jovi. Pero confiemos en que, con el tiempo y con artículos como el tuyo, vayan alzándose esas voces. Tiempo al tiempo.

    Le gusta a 2 personas

  7. Hola Anna

    Lo primero de todo gracias a tí por escribir esta maravilla de post. Cada palabra.
    Me ha encantado el «Sororidad queridas». podríamos transformarlo en toda una etiqueta al estilo del #metoo

    Yo tampoco me imagino respuestas como las de Lisa Kleypas y Maya Rodale (una autora olvidada) en nuestro país. Primero porque no se valora lo suficiente la cultura en general, la literatura menos y la romántica mucho menos. Y segundo porque no se acepta que se piense diferente. Muchas lectoras no aceptamos determinad@s aspectos de las novelas románticas que se publican hoy (desde l@s protagonis@s hasta los argumentos) porque llevamos años leyendo romántica y hemos conocido un nivel literario que hoy día no encontramos. Pedimos calidad y unos principios porque ellos dignifican la calidad del género romántico.

    Es verdad, por ejemplo en Sant Jordi no hay una lista de los más vendidos en romántica ¿Por qué? Somos lector@s que no permitiremos que se nos tome por tontas porque evidentemente nos damos cuenta que se publican novelas románticas de calidad pero en sellos editoriales no románticos. Con lo cual si las editoriales colaboran en la mala imagen del género si no publican como novela románticas novelas románticas de calidad.

    No me alargo más. Sólo añadiré una vez más un muchas gracias enorme por haber escrito este post. Muchas gracias de corazón.

    Le gusta a 1 persona

  8. Enhorabuena Anna por tan magnífico y cabal post, por tu valentía a la hora de señalar con el dedo las carencias y por proponer soluciones. Estaré muy pendiente de tu siguiente publicación. #SororidadQueridas , se va a convertir en mi hastag favorito.
    Un abrazo, Ana Dirtydraco

    Le gusta a 1 persona

  9. No soy lectora de romántica pero me ha parecido muy interesante este artículo. Estaría bien alguna recomendación para los que quieran leer este género en clave más actual y profunda. Por otra parte, ¿hay autores hombres que escriban romántica o es un terreno exclusivo de las mujeres?

    Me gusta

Deja un comentario

Crea una web o blog en WordPress.com