El otro día fuimos a ver títeres y me quedé embobada viendo la cara de A y O. Es una lástima que de mayores perdamos la capacidad para sorprendernos con algo tan inocente como una buena historia.
El otro día fuimos a ver títeres y me quedé embobada viendo la cara de A y O. Es una lástima que de mayores perdamos la capacidad para sorprendernos con algo tan inocente como una buena historia.