Hoy es ocho de marzo (por los pelos), día internacional de la mujer y yo no me había planteado hacer un post, no porque no tenga ganas de contarte cosas, que tengo, y muchas, sino porque llevo semanas en las que la vida no me da. Pero hace un rato he dejado a medias dos correos electrónicos y una escena de la novela para salir corriendo a recoger a las niñas y no ganarme la medalla a peor madre del año, y ha sido entonces cuando, mientras esperaba a que Ágata y Olivia saliesen, mi mirada se ha cruzado con la de otra chica a la que también le faltaba el aliento por la carrera y ella me ha dicho: «Feliz día de la mujer». (Hace años decidieron eliminar el «trabajadora» del nombre de la festividad, las razones son obvias).
A las mujeres aún nos falta mucho por conseguir, no voy a hablarte aquí de la diferencia de salarios, de los prejuicios, de la realidad, este post no trata de esto, pero te recomiendo este artículo donde explica incluso por que las cocinas tienen la forma que tienen, la autora es Melinda Gates y se titula More Time (si sigues el enlace tienes que bajar un poco, antes encontrarás otros artículos), uno de los datos más inquietantes, a parte de lo de las cocinas, es la diferencia que existe entre la cantidad de horas de «trabajo no remunerado» que hacemos las mujeres y la cantidad que hacen los hombres (excepciones las habrá, estoy segura).
Perdona que me haya desviado un poco, sigo con el post. Después de tener a las niñas ya conmigo y de que ellas me hablasen a la vez durante una hora, he pensado que si bien yo no puedo cambiar las políticas europeas o liarme a dar discursos a todos los individuos (e individuas) machistas que se cruzan por mi camino, sí que puedo elegir qué protagonistas de novela invitaría a cenar a casa, a cuáles les pediría que hablasen durante horas con mis hijas, y cuáles considero que son estupendas en líneas generales y geniales en las particulares. Hay más, muchas más, esta lista es solo un ejemplo, aconséjame tantas como quieras en los comentarios, por favor.
Jane Eyre de Charlote Bronttë: creo que Jane es una de los personajes femeninos más perfectos que existen y existirán nunca, mi adoración por esta novela es obvia (la he convertido en protagonista de una de las mías), pero la incluyo en esta lista porque creo que podemos aprender mucho de Jane, de su capacidad para soñar y para luchar, de su determinación y de la valentía con la que defiende sus principios y los valores en los que cree.
Emma de Jane Austen: siempre he pensado que Emma es una de las novelas más cómicas y ácidas de la inmensa Jane Austen y Emma, su protagonista, es quizá de las más complejas. La incluyo en esta lista porque es todo corazón, una amiga excelente, cariñosa hasta el límite con su familia y que no duda en reconocer sus errores y en pedir perdón.
Sara Fielding de Sueño contigo de Lisa Kleypas: Sueño contigo es una de las mejores novelas de Lisa Kleypas y su protagonista masculino siempre ocupa los primeros puestos en las listas de héroes de regencia, pero lo mejor de la novela y el motivo por el que él es tan perfecto es que ella, Sarah, es humana y cuando lees su historia sientes a través de ella. Sara Fielding es sincera, no utiliza artimañas, es generosa y sabe escuchar. Incluyo a Sara en esta lista porque es la clase de amiga que estaría a tu lado sin juzgarte y porque quiere sin condiciones.
Tate Collins de Ugly Love de Colleen Hoover: Tate Collins me cae bien, es una chica normal que conoce a un chico atormentado y con un cuerpo de infarto. Hasta aquí probablemente crees que es el argumento de una novela contemporánea que ya has leído, pues sí pero no. Tate está en esta lista porque es auténtica, es una chica de verdad, una chica a la que entiendes y que no se engaña, por eso está aquí, porque es realista y romántica al mismo tiempo y porque protege su corazón a la vez que lo arriesga.
Lauren Spencer de Por siempre ¿felices? de Taylor Jenkins Reid: Lauren dice en un momento de la novela que prefiere leer novelas de misterio y asesinatos porque es menos doloroso que leer historias de amor. Sí, me conquistó con esta frase. Esta novela me fascinó porque es arriesgada y porque Lauren, quizá como Tate pero en un sentido totalmente opuesto, es sincera y valiente con lo que siente. Es romántica, pero capaz de aceptar que una historia no funciona y hay que tener una valentía muy especial para lograr eso. Así que sí, Lauren se viene a cenar a mi casa.
Hermione Granger de Harry Potter de J.K. Rowling: Me gusta pensar que J.K. Rowling creó a Hermione para darnos a todas las niñas que de pequeñas no encajábamos en una clase de niñas perfectas alguien en quien creer. Hermione es lista, y sí, a veces se pasa de sabionda, pero al mismo tiempo lo hace todo, absolutamente todo, por sus amigos. Hermione planta cara a la adversidad sin endurecerse, conserva una ternura y no duda en mostrarla a los demás.
Esta lista es sincera y si te gusta, no me importaría lo más mínimo que te unieras a la fiesta.

Hace poco me preguntaron si cuando escribía tenía la sensación de que lo hacía para mujeres, mi respuesta fue que no. Igual que tampoco creo que un escritor o escritora de novela negra escriba para hombres o un escritor de cómics lo haga para niños. Esa clase de distinciones me parecen absurdas y es, en mi opinión, lo primero que deberíamos eliminar. Cuando nos metemos en las páginas de un libro todos somos iguales.
Feliz día ♥
2 respuestas a “Ellas, nosotras, todas.”
Uff, hay tantas que me cuesta elegir pero voy a optar por añadirte sólo tres:
– Elly, de «Maravilla» de Lavyrle Spencer: por ser una gran madre, por su imaginación, por su fuerza y por luchar por Will contra viento y marea.
– Sugar Beth, de «Ella es tan dulce», de Susan Elizabeths Phillips: por demostrar que la crianza no tiene porque determinar tu personalidad, que uno puede aprender de sus errores, rehacerse a sí misma y luchar por buscar su lugar en el mundo si perder su buen humor.
– Carla Monzón, de «Mangaka, lágrimas en la arena» de María José Tirado: por luchar por aquellos que no pueden defenderse y ser fiel a sí misma y a sus sentimientos en todo momento y por abrise al amor a pesar de los pesares.
Y aunque sé que dije 3, debo añadir a una más por ser tan divertida, tan fuerte y por aprender a quererse mientras se inicia una nueva vida (por cierto hablo de Victoria Adams (no es coña) la protagonista de «Ligar es como montar en bici» de Brandy Manhattan. Y mejor lo dejo ya porque puedo seguir y seguir que parece que me dan cuerda XD
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Hola Anna 🙂
Acabo de aterrizar en el trabajo después de una gripe y otras debacles varias, lo primero agradecerte poder empezar semana con tu artículo. De las heroinas que nombras me ha encantado encontrar el nombre de Sara Fielding de «Sueño contigo» de Lisa Kleypas.
Después de leer tu maravillosa novela «Herbarium. Las flores de Gideon» tengo ganas de vovler a encontrarme con Jane Eyre y del resto.. espero poder alinear los planetas de mi microcosmos para poder conocerlas.
De momento yo añadiría a Belinda Hamilton de «Seductora inocencia» de Gaelen Foley por no rendirse y ser fiel a ella misma al margen de todas las críticas de la sociedad (que no son pocas) y conjuntamente a Eugéne Chignon y Alice Welrush co-protagonistas de «Prohibido leer a Lewis Carroll» de Diego Arboleda por creer en la magia y no darse por vencido aún cuando «todo» parece conspirar en su contra.
Un abrazo y gracias de nuevo.
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